18/2/10

La secadora de pelo...


Una distinguida joven en un vuelo desde Madrid pregunto al sacerdote sentado junto a ella, ‘Padre, ¿puedo pedirle un favor?’
-’Por supuesto. ¿Que puedo hacer por ti?’
-’Bueno, compre una secadora de pelo electrónica muy cara para regalar a mi madre en su cumpleaños, la cual aun esta en su caja, sellada, y su precio esta muy por encima de lo que puedo declarar en la Aduana, y temo que me la confisquen. ¿Hay alguna manera de que usted pueda pasarla por la Aduana por mi? ¿Bajo su sotana tal vez?’
-’Me encantaría ayudarte, querida, pero debo advertirle ¡No mentiré!’
-’Con su honesta cara, Padre, nadie dudara de usted.’
- Cuando llegaron a la Aduana , ella permitió que el cura se adelantara a ella.
- El oficial pregunto, ‘Padre, ¿tiene algo que declarar?’
-’Desde el tope de mi cabeza hasta mi cintura, nada tengo que declarar.’
- El oficial pensó que era una respuesta extraña, así es que pregunto, ‘¿Y que tiene usted que declarar de la cintura al piso?’
-’Tengo un maravilloso instrumento designado para ser usado por una mujer, pero el cual, hasta la fecha, no ha sido usado.’
- Muriéndose de la risa, el oficial dijo, ‘Adelante, Padre. El próximo!’

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