Ainssss las fiestas….La
Navidad es una época del año muy especial. Para los niños son días mágicos y
para los adultos son momentos de recuerdo y de recuperar ese espíritu infantil
que está escondido el resto del año.
A la mayoría nos
gusta los cuentos navideños hay mil y una historias y leyendas al respecto y
los hay para todos los gustos y colores por ejemplo este…….
EL ANGEL DEL CLAUSTRO
El frío se calaba hasta los huesos. La nieve cubría,
como una alfombra blanca, el suelo, de manera que los pies se hundían y el
borde de su vieja capa castellana se arrastraba sobre el gran velo blanco. Él
llamaba puerta por puerta a todas las que a su paso dejaba atrás, y lo mismo
que se habrían se cerraban de nuevo. Seguía caminando sin esperanza, esperando
morir de hambre o de frío en cualquier momento, cuando divisó una puerta
abierta. Se acercó buscando el calor de un hogar y un bocado que calmara su
hambre, pero se desengañó al entrar y ver que solo se trataba de un claustro.
De un frío, triste y viejo claustro. De caminar sobre la nieve no sentía ya los
pies, así que nada perdería acurrucándose en un rincón, calentándose las manos
con su propio aliento, esperando que la muerte viniese a por él. Cerró los
ojos, y por un momento se encontró envuelto
en el recuerdo de una tosca, fea, pero acogedora habitación, rodeado por sus
padres y hermanos compartiendo una barra de turrón y un pequeño pollo. Estos
recuerdos de su niñez le hicieron llorar, las lágrimas se congelaban al
resbalar por sus mejillas. Abrió los ojos y vio que en el claustro había
alguien más. Oía pisadas sobre la nieve. Se levantó y se dirigió al lugar del
que provenían las pisadas. Era una niña, una niña muy pequeña, con las mejillas
coloradas por el frío. Se acercó a ella.
-Niña ¿tienes frío?
-Sí.
El pobre se quitó su capa y arropó con ella a la niña.
La niña sonrió y el pobre se sintió feliz.
-Señor ¿Quién eres?
-Nadie.
-¿Nadie?
-Nadie. Niña ¿tienes hambre?
-Si.
El pobre metió
las manos en un viejo zurrón y sacó un trozo de pan, muy pequeño, era su
alimento para toda la semana. Se lo dio a la niña. Ésta lo cogió:
-Toma, señor, come un poco, tú también tienes hambre.
-No.
Al pobre el estómago le rugía, el cuerpo le pedía a
gritos una manta o algo con que calentarse y su corazón le decía:”salva a esta
niña”
-Niña
¿tienes sueño?
-Si.
El pobre la
cogió en brazos y se acurrucó con ella en el frío suelo del claustro, donde al
poco rato ambos dormían. De pronto todos los capiteles del claustro brillaron
mucho y un ángel de nieve se acercó al pobre y se lo llevó. El pobre se sintió
rodeado por los amorosos brazos de su madre, que hacía tiempo le esperaba en el
cielo.
Por la mañana,
los encargados de limpiar el claustro les vieron; el pobre y la niña abrazados,
acurrucados. La niña se despertó. El pobre no.
Hermoso ha lucido Tu Faro como siempre; pero hoy con destellos de luz y de ternura con tu amoroso cuento.
ResponderEliminar¡Gracias por tu ternura!.
Un beso
Precioso cuento patty eres genial.
ResponderEliminarGracias por pasar por el blog de lucia.
Muchos besos y buen finde.
Que cuento tan hermoso! Triste final, pero con moraleja.
ResponderEliminarMerry Kisimusi!
Gracias André por tu comentario eres un sol muá ^.^
ResponderEliminarMi querida amiguita Sidrina no me des las gracias corazón sabes que lo hago con el mayor de los gustos besosssssssssss ^.^
Asi es Marilyn es muy lindo este cuento a mi me gustó mucho....besitos ^.^
ResponderEliminarobrigado patty
ResponderEliminarTU SERAS MUI BEM VINDA AO MEU BLOG
GRACIAS POR VISITAR-ME
BJSSSSSSSSSS
Estos cuentos son lindos pero siempre me sacan lagrimitass buahhh!
ResponderEliminarMuy lindo Patty, gracias por compartir mi niña!