9/10/13

Contemplación



Me hallé mirando
tu desnudez mojada;
el agua por tu rostro,
el agua por tu pecho
intrépida bajaba.

Como si acaso fueras
por ella poseída
y un hálito indecible
me arrebatara vida.

Uní junto a la tuya,
mi desnudez ardiente;
el agua entonces fría,
acarició mi frente,

me acarició la carne
y el alma ardiente daba
consejos que a mis manos
fogosas ordenaba.

Vagué por tus perfiles,
vagaste por los míos,
sentimos deshacerse
nuestros profundos fríos.

Mientras que escurridiza
y cual testigo muda
el agua nos brindaba
su erotizante ayuda.


FRANCISCO ARGENTEO    (Colombia, 1962)

3 comentarios:

  1. Muy bello y sentido poema
    Besitos

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  2. ¡Qué puede importar que el agua esté fría! si existen dos corazones ardientes
    Y el agua se evapora con la pasión erotizante de vuestros cuerpos desnudos.
    Precioso natural, eróticos versos llenos de fulgurante hechizo.
    Besos

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  3. Sensualidad y belleza en este poema Patty, mil gracias por compartirlo.
    Te dejo un enorme abrazo.

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Agradezco de todo corazón tu visita y sobre todo tus comentarios, besos :*