Hoy tengo mucha necesidad en mi corazón de poder compartir esto que encontré en la red, en mi familia no la estamos pasando bien, de la noche a la mañana tengo a dos personas a las que amo, con cáncer al colon, se las detectaron casi al mismo tiempo a los dos...... uno de ellos lo acaban de operar y entró a quimio y el otro espera una respuesta para saber el grado en el que se encuentra el tumor. Es una situación bastante complicada cuando se trata de una familia super unida como la mía.
Todo lo que dicen aquí es totalmente cierto, lo hemos pasado en carne propia, lo comparto con ustedes por si alguna persona que lo lea es lo que necesita para calmar su dolor:
Son muchas las familias que, por diferentes
circunstancias de la vida, les toca atravesar momentos difíciles como el de
tener un familiar hospitalizado. Pese a todo el dolor, sacrificio, tiempo y
desvelo que esto conlleva, existen también muchas cosas positivas que podemos
sacar, al pasar por situaciones así.
Toda experiencia, las buenas y las no tan buenas, nos
dejan grandes lecciones y enseñanzas de vida. Lo importante es saber
reconocerlas y aprender de ellas. Te compartiré cinco valiosas lecciones que
aprendí durante el periodo de 45 días que se mantuvo mi hermano internado en un
hospital.
1. Dejar a un lado las comodidades
Quizás eres de las personas que les cuesta salir de su
zona de confort. Pero al pasar por momentos como estos, posiblemente te tocará
dejar a un lado las comodidades. En lo personal, viví casi los 45 días en la
sala de espera del área de emergencia del hospital, donde no tenía privacidad
absoluta, donde tuve que compartir el mismo baño público y comer delante de
todos los presentes. Ese mismo lugar de día era sala de espera y de noche mi
habitación.
2. Hacer buenas relaciones
Si socializarte es un problema para ti, debes comenzar
por abrirte paso a cultivar buenas relaciones con todos los que te rodean. En
mi caso, me tocó hacerme amiga de los vigilantes, enfermeras, doctores e intendentes.
Esto me facilitó el poder por conseguir un poco más de información, atención
hacia mi hermano, incluso el beneficio de poderlo ver aun cuando no era el
horario de visitas.
3. Brindar ayuda y consuelo
Siempre habrá alguien a tu alrededor con alguna
necesidad, tanto económica, como emocional. Durante ese tiempo conviví
alrededor de muchas otras familias vecinas, con pacientes internados allí.
Durante ese tiempo nos ayudábamos unas a otras con alguna medicina, dinero y
alimento. Compartir el dolor ajeno, también fue parte del día a día. Siempre
había una familia que despedir, porque a su familiar le había tocado partir.
4. Morir a ti
No sé si tal vez has escuchado o leído antes esta frase.
Significa dejar a un lado tus placeres, satisfacciones, anhelos, para que otros
sean felices en tu lugar. Yo morí a muchas cosas que eran importantes para mí.
Una de ellas era descansar en las tardes luego de haber trabajado una guardia
desde la madrugada. Eso dejó de ser una prioridad para mí: lo único que quería
era estar junto a mi hermano en todo instante posible para poder cuidarlo, por
la condición en que se encontraba. Mi mayor satisfacción se convirtió en poder
atenderlo, darle de comer, entre otras cosas. Esos eran los momentos más
valiosos, porque eran los únicos que podía aprovechar para estar cerca de él.
5. Valorar
Contar con la ayuda y esfuerzo que te bridan otras
personas, sin duda es algo digno de valorar. Particularmente aprendí a valorar
el tiempo que podía pasar con mi hermano, ya que no sabía si eran las últimas
horas que podía tener para estar con él. Valorar a las personas que fueron de
gran apoyo (amigos, compañeros), valorar a la familia y las bondades que Dios
nos regala cada día.
Son muchas las enseñanzas que podemos recibir y no cabe
duda que atravesar por acontecimientos así forman parte de un proceso en
nuestras vidas, donde no solo sufre el afectado, sino también los que estamos
del otro lado, aunque de distintas formas. Si este es tu caso, no esperes a que
sea demasiado tarde para dar lo mejor de ti. Sácale provecho a cada situación y
por sobre todo nunca pierdas la fe, la esperanza y el amor.
gracias@familias.com
¡Enorme y magistral! ¡Gracias! Ahora sé que sabes mucho de la vida
ResponderEliminarBesos
André
Gracias Patty,gracias porque tus palabras no solo nos ayuda sino que nos enseña que de todo se aprende.Aunque yo ya llevo unas cuantas lecciones aprendidas.Muchos besos y mucho ánimo!!
ResponderEliminarUno siempre va recibiendo lecciones en la vida pero para segun que tipo de cosas no se está preparado hasta que te tocan. Vaya que es una delicada situación y te deseo que se puedan recuperar pronto.
ResponderEliminarBesotesssssssssssssss
Pues no hay más remedio que aprender, aunque no queramos hacerlo. Esas situaciones límite nos enseña muchas cosas, pero yo digo que porque hemos de pasarlas, solo como aprendizaje, pues no sé yo, la vida es dura casi siempre, y yo… ya estoy cansada de aprender.
ResponderEliminarUna entrada muy interesante amiga, pero en estos momentos no cuentes conmigo para cosas nuevas, jajaja. Un beso.
Pues no hay más remedio que aprender, aunque no queramos hacerlo. Esas situaciones límite nos enseña muchas cosas, pero yo digo que porque hemos de pasarlas, solo como aprendizaje, pues no sé yo, la vida es dura casi siempre, y yo… ya estoy cansada de aprender.
ResponderEliminarUna entrada muy interesante amiga, pero en estos momentos no cuentes conmigo para cosas nuevas, jajaja. Un beso.
Mis mejores deseos para tus familiares. Y mucho ánimo y fuerza a todos.
ResponderEliminarRezaré por ellos, para que todo salga bien.
Un abrazo.