Hay veces en que dejarlo todo es la única opción. Lejos
de ser un acto de cobardía o rendición, quien elige hacer sus maletas y alzar
la mirada al horizonte, viste la piel de los auténticos valientes. Porque al
final, uno se cansa de sostener un corazón roto, de llorar a escondidas, y
antes de que se nos lleve el viento el alma, hay que partir.
Dejarlo todo no implica en absoluto olvidar cada cosa
vivida o arrancar de raíz todas nuestras identidades, todos nuestros vínculos.
Se trata simplemente, de transformarnos. De integrar el pasado, el presente y
el deseo de un futuro, en un mismo ser, en una entidad capaz de crearse a sí
misma y no de “recrearse” en el sufrimiento, en el dolor, en aquello que, como
un castillo de arena al borde del océano, ya no se sostiene.
De algún modo, todos nosotros hemos llegado o llegaremos
a experimentar esta misma sensación. La de percibir que parte de lo que nos
rodea ha perdido su significado: algo acaba de caducar.
Sea como sea, el dejarlo todo no es fácil. En nuestro
equipaje nos acompaña el miedo y la incertidumbre, y aunque la cabeza nos diga
“vete”, el corazón se siente incapaz de cerrar esa maleta.
Si la existencia que llevas ahora no encaja con tus
puzzles internos, vete. Si eres un extraño en tu propia vida, sal a buscarte.
Si la realidad que te envuelve ahora está habitada por alfileres, vuela. Tu
salud física y emocional te lo agradecerán.
Cuando atravesamos estos “tsunamis emocionales” es necesario
reflexionar y hablar con nosotros mismos. La mejor respuesta sobre lo que debes
o no debes hacer está en tu interior.
Nadie te va a asegurar que ese cambio vaya a salir bien,
sin embargo, puede ser lo MEJOR de tu vida. Así pues, debemos gestionar los
miedos y las incertidumbres. ¿De qué manera? Transformándolos en ilusiones.... ♥
Muy buen escrito amiga,sabes no lo he vivido pero si lo e presenciado con alguien muy cercano,abrazos.
ResponderEliminarEl cambio, y la búsqueda de ilusiones, es en mi opinión lo que nos acerca a la felicidad, y quizás el camino sea tan bonito como la meta en sí misma. Muy buena entrada. Abrazos Patty.
ResponderEliminarA veces hay que tomar difíciles decisiones, y hay que hacerlo content@ y en la confianza de que todo va a ir bien. ¿Por que no?.
ResponderEliminarMuy bonita entrada.
Un fuerte abrazo.
Hola, buen día, mi querida Patty, me da la sensación que es tu propio tsunami, si es así, adelante amiga y mucha suerte en el camino, son cuatro días que se viven y tenemos el deber de ser felices procurarlo por lo menos.
ResponderEliminarClaro está que dejar atrás años de convivencia, no es fácil, pero peor es vivir una apariencia, ¡por los dioses! qué triste ser un extraño en tu propia vida
Si la realidad es la que me imagino, no permitas que los cardos te pinchen, sal y no mires atrás. Adelante siempre chiquilla que la vida aún con sus contrariedades, es muy bella.
Te regalo estos sencillos versos.
Cuando el amor ya decida
poner al camino verjas
a la convivencia impide
el fluir del cariño y entrega.
No pierdas nunca la dicha
de tener el alma llena,
de pasiones que reviven
y que la llama renueva.
Un abrazo inmenso con mi gratitud y estima.
Se muy, muy feliz.
En el momento menos esperado a veces, otra no tanto, ocurren temblores que hacen venir abajo toda la estantería. Y hay que reacomodarse.
ResponderEliminarEs parte de la vida. Y es inevitable que de alguna u otra forma, ocurran.
Saludos.
Poner tierra de por medio no es cobardía, como bien dices.
ResponderEliminarCambiar la perspectiva siempre ayuda.
Besos, Patty.
Patty, una entrada genial y llena de verdades, cuando algo no nos agrada, a pesar de haber intentado muchas veces cambiarlo, es mejor dejar a trás ese "algo" y sin perder nada de lo que somos, dejarlo ir...
ResponderEliminarES parte del aprendizaje llamado vida y nos ocurre en muchas ocasiones... No es cobardía, es sabiduría y valor para continuar adelante.
Un abrazo
Muy buen texto y muy reflexivo.
ResponderEliminarNunca hay que perder el ánimo y es necesario tener ilusiones.
Un fuerte abrazo,