Un señor que tenía una gata, estaba harto de que le
arañase todos los muebles de la casa y no sabía como deshacerse de ella, se fue
al monte y la dejo abandonada. Después de unos días la gata regresó.
El señor se la volvió a llevar y la tiró del otro lado
del monte, y la gata volvió. Desesperado, le preguntó a un amigo, cómo lo podía
hacer para que no volviera y éste le dio algunas indicaciones:
- Cruza el monte, ve al río y crúzalo, gira a la derecha,
luego a la izquierda,otra vez a la derecha, cruza el puente y deja la gata.
Después de una semana, se encuentra con el amigo, todo
sucio, cansado, hambriento, desvelado y sediento, y le pregunta:
- ¿Cómo te fue?
- Qué quieres que te diga, que si no es por la gata, ¡no
regreso!
Un individuo se presenta en unos grandes almacenes para
buscar trabajo de vendedor.
- ¿Es usted buen vendedor?
- De primera
- Tendré que hacerle previamente unas pruebas
- Lo que usted considere
- De momento lo pondré en la sección de ferretería.
Al tío lo pasan a la sección de ferretería. Al día
siguiente todo vendido incluidos los mostradores y la caja registradora.
- Usted se ha pasado un poco ¿eh?
- Si es que cuando me pongo a vender me animo ¿sabe?
- Ahora lo pondré en la sección de sastrería, si me vende
este traje queda usted admitido.
El traje tenía delito: La chaqueta era verde, con las
mangas amarillas, el pantalón rojo con lunares negros. Al día siguiente el
traje vendido.
- ¿Se lo habrá vendido a un familiar?
- No, a un cliente.
- A un cliente y ¿qué dijo el cliente?
- Nada, el cliente no dijo nada, eso si, su perro
lazarillo me quería morder.
En un restaurante uno de los comensales de una mesa,
repara que el camarero, lleva una cucharilla de las de café en el bolsillo de
la chaqueta.
Se fija un poco mas y comprueba que todos los camareros
llevan cucharillas en los bolsillos de sus respectivas chaquetas.
Intrigado, le pregunta al camarero:
- Lo de la cucharilla en el bolsillo ¿es por algo?
- Si señor, es que ha habido una consultoría para ahorrar
costes. En ella se ha comprobado que la cucharilla de café es la pieza que más
veces se suele caer al suelo, nosotros la reponemos inmediatamente y en el
siguiente viaje a la cocina volvemos a colocarnos otra. De esta forma ahorramos
un 3 por ciento de nuestro tiempo.
- Muy inteligente, sí señor.
Al rato, el mismo comensal, observa que le cuelga un
hilito hábilmente disimulado de la bragueta. Igualmente comprueba que todos los
camareros están en la misma situación.
Vuelve a preguntar al camarero:
- Lo del hilito en la bragueta ¿seguro que también tiene
una explicación?
- Efectivamente. En la misma auditoría se ha comprobado
que por la cantidad de horas que nos pasamos en el restaurante, tenemos necesidad
de ir varias veces al servicio. Con la cuerdecita nos la
sacamos sin tocarla, con lo cual evitamos perder tiempo
lavándonos las manos lo que produce un ahorro del 4 por
ciento en el total de la jornada.
Se queda el comensal pensando y dice:
- Bueno para sacarla, muy bien, pero ¿cómo se la guardan?
- Los demás no lo sé, yo uso la cucharilla.
Que bien vienen las risas , el humor siempre.
ResponderEliminarMuchos besos
ejjeje que buenos han estado sobre todo el de la cucharilla, ajjaja habrá que pensarlo mucho si vemos a un camarero que nos da una cucharilla del bolsillo.
ResponderEliminarBesotesssssssssssss
Ja,ja,ja...
ResponderEliminarJajajajaja, el sentido del humor es la capacidad natural de la especie humana.Y además es la distancia más corta entre dos personas, y reír es agradable y siempre vienen bien.
ResponderEliminarPatty, muy buenos. Un grande abrazo.
Gracias por hacer que me sonrisa y pasar un rato agradable.
ResponderEliminarUn beso.