Solemos relacionar nuestra capacidad de
soportar y de resistir con la fortaleza, sin embargo, la verdadera fortaleza
radica en determinar qué es lo que no nos hace bien y dejarlo ir.
Algunas veces soltar se hará complicado,
e inclusive, sabremos que en puntuales ocasiones soltar, si está relacionado
con el abandono de una causa, esto ocurre especialmente cuando las causas van más
allá de lo individual, cuando los motivos por los cuales luchamos y resistimos,
trascienden, son causas justas e involucran a otras personas.
Muchas veces por miedo, por costumbre,
por querer ser aceptados, por encajar dentro de parámetros, nos sometemos a
condiciones que no nos satisfacen del todo, que no nos ayudan a crecer, sino
que por el contrario nos estancan o retrasan. Y es allí donde debemos mostrar
nuestra verdadera fortaleza, es allí donde es necesario decir: esto no lo
necesito, no es lo que quiero y no es lo que merezco.
Partiendo de reconocer qué es lo que
queremos en nuestra vida, la decisión de soltar se hace necesaria y la
necesidad de llenar nuestra vida de luz toma fuerza.
Soltar nos libera, nos coloca en una
posición de ventaja, que sin la presión por querer que las cosas sean
diferentes, buscando cambiarlo todo y frustrándonos con los resultados, pues
cambiamos nosotros, cambiamos de perspectiva, aceptamos una situación, pero
decidimos si queremos permanecer en ella o dejarla ir. En caso de no poder
soltar una situación, podemos decidir la manera de apreciar esa realidad,
podemos decir que nos afecte, que no nos lastime.
Toma para ti este hermoso mensaje y date
cuenta de cuándo debes dejar ir:
Si no trae alegría a tu vida… suelta.
Si no te ilumina ni construye… suelta.
Si permanece pero no crece… suelta.
Si no acaricia tu ser… suelta.
Si intenta cambiarte… suelta.
Si se impone el “yo”… suelta.
Si son más los desencuentros que los
encuentros… suelta.
Si no suma a tu vida… suelta.
SUÉLTATE… la caída será mucho menos
dolorosa que el dolor de mantenerte aferrado a lo que NO ES.
gracias@ Rincón del Tibet
Si de acuerdo hay que soltar! cariños.
ResponderEliminarCuando uno se aferra a su pasado va más lento en progresar y es verdad que a veces cuesta pero es necesario vaciar, para volver a llenar.
ResponderEliminarbesos
A veces es muy difícil "soltar" a esa persona que nos hemos aferrado, ya que saben medir muy bien los tiempos, o lo que es lo mismo y como decimos aquí: "te dan una de cal y otra de arena", para que no se les abandone.
ResponderEliminarBuena reflexión.
Un fuerte abrazo, amiga.
Qué bien descrito!!! Buen finde
ResponderEliminar¡Precioso post, Patty querida!
ResponderEliminarTus letras convencen bueno es dejar ir aunque el corazón se encoja: cuesta soltar claro que cuesta, pero el apego, en muchas cosas de la vida, perjudica y además no a uno solo, sino también a segundas personas. Me ha gustado mucho leerte
El vídeo es una pasada de bonito, he pasado un ratito muy agradable.
Te dejo un abrazo grande, compártelo. Mi gratitud y mi estima siempre, reina..
Hasta septiembre si dios quiere.
besos.
Se muy muy feliz, en compañía de los tuyos.
ResponderEliminarEsto y muy de acuerdo con esto.
ResponderEliminarSoltar puede ser un acto de gran generosidad, aún que parezca paradójico.
Un abrazo.