Solo por hoy, cierra los ojos e imagina que
eso tan bonito se hace realidad
Solo por hoy, permítete sentir la vida con
la misma esperanza que un niño. Solo por hoy, apaga el rumor de las presiones,
los miedos, las obligaciones y detén el murmullo de los entornos tóxicos.
Hazlo, toma aire, respira hondo, cierra los ojos y… confía. Imagínate por un
segundo que aquello que esperas, llega. Permítete confiar en que eso tan
hermoso con lo que sueñas, se cumple.
Dicen que soñar es gratis, pero
admitámoslo, llega un instante en que la mente se cansa de divagar por esos
mundos satinados de felicidades y donde las metas se conquistan como en un
sortilegio. Poco a poco perdemos la esperanza en el valor de los sueños porque
la realidad en ocasiones es dura, es ácida como el limón, oscura como ese café
que tomamos por las mañanas para despertar cuanto antes de nuestro letargo
nocturno.
Sin embargo, y esto conviene tenerlo muy
presente, si hay algo que siempre ha definido al ser humano es su capacidad
inagotable para soñar, para divagar en supuestos imposibles.
Es momento de reclamar los sueños que
dejamos atrás.
Hagámoslo, cerremos por un momento los ojos
y volvamos durante un segundo con esa persona que fuimos ayer. Alguien con más
ilusiones, alguien más confiado y con menos experiencia quizá. Fue esa época en
que el futuro se nos antojaba como un campo abonado de estrellas; bastaba con
coger una para pensar que todo era posible. Más tarde, quizá, llegaron las
decepciones y esa vía de sentido único donde los prejuicios, los miedos y las
inseguridades nos hicieron decirnos aquello de “no lo hagas, no sueñes o
sufrirás”.
Para concluir, es nuestro deber reclamar a
ese niño ilusionado que fuimos ayer, a esa versión de nosotros mismos que una
vez dejamos por el camino por miedo o porque cometimos el imperdonable error de
subestimarnos. Recuperemos por tanto esa luz de la inocencia del ayer para
combinarla con la astucia y el rodaje vital que hemos adquirido en el presente.
Cerremos los ojos e imaginemos que lo imposible se vuelve posible, que lo que
tanto ansiamos llega… Soñemos también con que tenemos el bastante coraje de
luchar por aquello que deseamos.
gracias@lamenteesmaravillosa
Es una belleza de entrada. Recoloca la esperanza y la fuerza para luchar por alcanzar objetivos. Gracias, es muy útil.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
La vida sin sueños no es nada... Un gusto leerte
ResponderEliminarMuchos sueños se cumplen, y los que no, o no los hemos perseguido o no tenían que ser.
ResponderEliminarAbrazo, Patty.
Decía Calderón de la Barca:
ResponderEliminar¿Que es la vida? un frenesí.
¿Que es la vida? una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño.
Que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Un beso, Patty.
Que seria de nosotros sin nuestros sueños?
ResponderEliminarSi sueños nuestra vida no valdría la pena y solamente tendríamos una triste existencia.
Un beso.